Renfe vs. Electrolux: cómo cuentas el viaje marca la diferencia

Oímos hablar una y otra vez de historias, de que las marcas tienen que contar historias, que la efectividad de los anuncios de publicidad al uso disminuyen drásticamente año tras año. Y es cierto: vemos muchas historias, bien contadas, bien localizadas, bien grabadas… Y, cuando terminan de contártela, te quedas pensando que ahí, en la trama, falta algo. O puede que no sea en la trama, sino en el propio corazón de la historia. Porque no te llega, porque no es creíble. Y no es culpa de los actores, ni del director, ni del guión. Y piensas que eres tú, que quizás exiges demasiado…

¿Qué esperamos de las personas cuando nos cuentan su experiencias en un viaje? ¿Cómo nos hacen meternos en la historia? No me digan que cuando hay emociones, risas, lágrimas, gritos -sí, por qué no- o todo ese mundo de gestos que acompañan a cada uno de nuestros sentimientos el viaje no se vuelve más interesante. Y lo vivimos casi como propio porque simplemente nos lo están contando con total naturalidad.

Cuando termino de ver una película, una foto, un libro… no me gusta analizarla, destriparla, cortarla a trozos y decir qué parte estuvo bien y cuál no. Es como si al hacer algo de eso dejara que se perdiera parte de la esencia que posee. La historia se queda conmigo para siempre. O me deja un buen recuerdo. O termino por olvidarla. Pero toda es una.

Aquí os dejo una historia que me llega, que creo que capta muy bien el corazón de eso que se llama storytellingrealizada por la marca Electrolux Brasil. Una historia muy sencilla. Una historia humana, de madre e hija, de un viaje hacia un lugar lejano donde muchas cosas tristemente tienen que quedar atrás. Durante el vuelo, la hija recibe una emotiva sorpresa y ahí vemos que quizás hay cosas que siempre nos van a acompañar y que nunca quedarán atrás. Es la historia, pero, sobre todo, la forma de contarla. Está en su idioma original, el portugués, pero creo que se capta muy bien.

 

 

Cuando me cuentan una historia, quiero sentirme partícipe, quiero ser el protagonista, quiero imaginar que entro en ella y que yo también formo parte.Y Electrolux lo consigue.

Ahora fíjense en la producción de Renfe para su producto “Renfe Spain Pass”, una forma de conseguir que los extranjeros viajen por España y conozcan lo máximo en el menor tiempo posible.

 

 

¿Ven la diferencia? Podría hablarles de lenguaje corporativo, de mucha descripción y poca emoción, de protagonismo de la marca… cuando lo importante es vivir el viaje y transmitir esa vida. No se trata de viajar en AVE para conocer España, sino de vivir España gracias al AVE. El tren no puede ser el protagonista, como no lo es el electrodoméstico en el anterior corto. El sujeto siempre eres tú, o yo, y nunca la marca.

¿Storytelling o publicidad? Ustedes deciden.

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