La fortuna de ser PYME: el valor de lo pequeño

Sí, sé lo que me vas a decir. Que vivo en otro país o que se me ha ido la olla. Que si no sé el número de pymes que han cerrado y cierran a diario. Que te fríen a impuestos y que a veces te preguntas que si merece la pena seguir manteniendo tu negocio. Que no compensa el número de horas y lo que ganas. Que son muchas horas robadas a la familia, a tus hobbies o a los amigos.

Pero sigues ahí. Y la única explicación que le encuentro es que crees en lo que haces. Que no sabes hacer otra cosa porque justo es eso lo que has hecho siempre. Y yo sé por qué estás ahí.

Porque tienes el lujo de conocer personalmente a tus clientes, porque puedes llamarlos y pegarte una hora con ellos arreglando el mundo –el tuyo y el suyo que, por una regla desconocida, son el mismo, alejado de ese otro mundo formado por políticos, economistas y grandes empresas-. Por eso, más que empresa-cliente, sois supervivientes.

Porque conoces a cada uno de tus empleados, y sabes hasta dónde son capaces de dar y de implicarse, a veces más de lo que su puesto les exige.

Porque cuidas personalmente y casi de forma artesanal de cada email, de cada post, de cada vídeo o de cada entrada en Facebook -¿cuántos filtros hay que pasar por una gran empresa, con criterios totalmente diferentes entre ellos?-.

Porque cualquier pequeño detalle es importante para ti y, a veces –la mayoría-, eres tú el responsable de todo. Ya sabes, esa fina línea entre producción, finanzas o marketing.

Porque no conoces la diferencia entre branding, marketing o identidad corporativa. Y maldita la falta que te hace. Todo es uno -tu negocio, tu vida-, y llegamos nosotros, gurús del marketing, para decirte que no, que estás equivocado, y te hablamos de Brand Content, de Content Marketing, de Storytelling, sin darnos cuenta de que estos términos solo son un debate que tiene sentido para nosotros y que tú lo único que quieres es que tu negocio salga adelante, se llame el perro como se llame.

Cuando te hagas grande, te meterás en estos debates absurdos, dejarás de salir a tomar una caña con tus empleados para saber por qué este mes rindió menos y daros mutuamente un poco de cariño, dejarás en manos de otros el cuidado al detalle en tus emails y te enfrascarás en reuniones presididas por una gran pantalla de plasma y una mesa “para correr caballos” donde hablar de grandes números. Y echarás de menos que una vez fuiste pequeño.

 

Image by zev

More from el copy canalla

Sonrisas, pop-ups y botones de compartir

No me importan las estadísticas de tus redes sociales. Ni el tráfico...
Read More

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *