No sé si todo estaba preparado. No sé cómo se organiza el programa “Millonario anónimo” de La Sexta ni quién contacta con quién. Tampoco si se ha pretendido un brindis al sol, una pose de cara a la galería por parte de Enrique Rubio. Solo sé que, frente a la pantalla, lo único que alcanzo a ver es un hombre y su hijo que se emocionan, que ríen con María, de 93 años, o que lloran con Elvira, de 91 años, mientras la cogen de la mano. Y, ahora, cada vez que pienso en Cuadernos Rubio, no me vienen tanto a la cabeza esos cuadernillos verdes o amarillos que utilizaba de pequeño como las lágrimas emocionadas de un hombre ante una anciana que ya no se sentía sola. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué fue a ese programa y no a “La isla de los famosos”? No lo sé. Pero lo hizo.
Y, si todo fue una farsa, ojalá hubiera tantas mentiras como esta, porque cada uno de esos euros robados a la publicidad está bien empleado.
El otro día me preguntaban a través de Twitter si era necesario poner en la web quién eres, si no bastaba solo con explicar tu filosofía de trabajo, tu metodología, tu forma de hacer las cosas. Rotundamente sí, es necesario. Porque, por encima de público o audiencia, somos humanos. Porque nuestra esencia no está en vender cuadernos, perfumes, relojes o tornillos. Porque detrás de cada equipo de trabajo hay una persona con unas motivaciones, con unos sueños, con unos deseos de cambiar algo, de aportar. Nuestro SEO subirá o bajará y nuestra campaña publicitaria pasará de moda, pero las historias y emociones humanas siempre permanecen.
¿Cuál es tu historia más humana? Sácala a la luz. Cuéntala. Y no. No necesitas ser millonario para transmitirlo.
Sólo puedo agradecerte por tus palabras.
Todavía no se si hice bien en hacer el programa, llevo mas de una década realizando acciones sociales desde el silencio, nunca he hecho marketing por ello, me dieron la oportunidad, acepté, por ello asumo mi culpa por hacer pública unas acciones que se deben hacer desde el silencio, sobre todo cuando me engañaron con el título “millonario anónimo” primero soy propietario de una pequeña empresa de sólo 10 trabajadores, es verdad que es una empresa de éxito.
No obstante me quedo con la lección que tuvo mi hijo, que lejos estaba de vivir esa relación social.
con las sonrisas de María, Elvira…..
Gracias por el artículo y si alguien se molesta por hacer pública esas acciones asumo mi culpa.
Enrique, muchas gracias por tus aclaraciones.
Personalmente, no encuentro ningún reproche a tu aparición en el programa, sino todo lo contrario. Es lo que dejo constancia en el post, ya no como profesional del marketing, sino como persona.
Parece que únicamente está bien visto que se hagan públicas las campañas de publicidad o de promoción de las marcas, y que si se airea que una empresa hace una determinada labor social, es simplemente por cuestión de imagen, que todo es fachada y no hay nada detrás.
Habrá empresas que lo hagan, no me cabe duda. Habrá empresas cuyo consejo de dirección se reúna y decida dar una partida presupuestaria económica a acciones sociales porque sí, porque hay que hacerlo, porque queda bien, sin saber qué hay realmente detrás de lo que están dando. Pero también creo que hay empresas que quieren e intentan cambiar algo, sin entender estas acciones como una “limosna” de la que sacar rentabilidad. Creo que la tuya es de las “buenas” porque te has implicado directamente y has conocido personalmente casos reales. Eso tiene un valor y por eso hice el post. El motivo último de por qué lo hiciste solo lo sabes tú.
Te felicito y te animo a seguir con este tipo de acciones, en silencio o públicamente si con ello realmente quieres cambiar algo, independientemente del juicio que hagan los demás. Creo que cualquier decisión que tomes será buena. Saludos y, de nuevo, gracias por pasarte por aquí.