Una vez que ya tienes tu Manifiesto, es necesario pasar a la acción, que no se quede en una simple lista de intenciones o conceptos abstractos guardados en un folio A4 de tu cajón o en una pestaña de tu web. Se trata de tener claro en qué negocio estás -¿sigues pensando que vendes un producto?-, de poner en práctica todos esos valores que has concretado en ese Manifiesto, de saber qué es lo que quieres conseguir a largo plazo -visión- y cómo vas a ir cumpliéndolo en tu día a día -misión-.
La visión de tu negocio es tu sueño, tu meta. Piensa en lo que te mueve a levantarte cada día con ilusión, con ganas, con fuerza. Quieres cambiar algo, mejorar, aportar algo tuyo a través de tu empresa o de tus productos para hacer una sociedad mejor. Esa y solo esa es tu visión.
Pero, ¿cómo alcanzar ese sueño? ¿Cómo llegar a tocar y hacer realidad esas ilusiones? Dando pequeños pasos cada día. Esos pequeños pasos cobran vida a través de las historias. Con cada historia, tu marca hace que parte de sus valores cobren vida y se hagan reales.
Las historias que suceden en torno a tu marca en el día a día son las que marcan si estás cumpliendo tu misión.
Podríamos decir que la misión son todas esas pequeñas historias que estás haciendo hoy para llegar a cumplir una gran historia única, que es lograr ese sueño, esa meta, ese cambio en la sociedad a través de tu marca. Y es un magnífico termómetro de tu estrategia de Brand Story.
Image by photophilde