Olvídate de ser como Apple, Nike, Red Bull, Starbucks… Ellas han llegado donde están porque abrieron camino, porque entendieron que no vendían un producto, porque supieron marcar la diferencia a través de su historia única. Pero no es la tuya. Inspírate en ellas, sí, pero no intentes copiarles. Abre tu propio camino.
Solo puedes contar historias creíbles cuando eres tú mismo y no una mala versión de nadie. Cuando cuentas historias, las tuyas, es cuando realmente tu marketing de contenidos se hace vivo.
Piensa, además, que tu audiencia quiere divertirse, entretenerse, inspirarse… Quiere jugar a que ellos son los héroes y tú como marca les pones el castillo y los caballos. O la casa encantada. O el camino a la cima más alta. No entiende de características técnicas, ni de estadísticas, ni de presentaciones corporativas llenas de jergas y palabras absurdas. Pero sí son capaces de captar tu mirada, tu forma especial de ver el mundo, tus experiencias, tu manera de disfrutar de la vida, el modo en el que eres capaz de fundir tu aspecto más humano con la actividad de tu negocio… Llevar todo este arte a tu audiencia es hacer marketing de contenidos. Porque el marketing de contenidos es un arte: el de transmitir a los demás quién eres.
El marketing de contenidos, a diferencia de la publicidad, no hace a tu marca perfecta, sino real. Y eso es lo que la conecta con las personas.
La publicidad se ha limitado a destacar lo bueno de nuestros productos o servicios, creando un mundo de fantasía, un mundo al que todos aspirábamos, donde todo es positivo… y ya poco creíble.
Este arte que es el marketing de contenidos se nutre de las historias de personas que integran las marcas, ya sean clientes, empleados o directivos, con sus momentos buenos y malos, con sus emociones, con su tragedia y su felicidad. Y todo eso es lo que hace que una marca conecte, lo que la hace creíble, lo que la hace real y lo que hace que pueda ser compartida por los públicos.
Tienes una historia única y muchos canales para contarle al mundo quién eres. ¿Por qué no empezar a definirlos en tu estrategia de Brand Story?
Image by Savannah van der Niet